Jesusito es un Jesús pijo, chill y descarado, convertido en un icono queer y urbano con aires de Ibiza, fiesta y excesos. Entre joyas, un bolso rosa, un cinturón de Louis Vuitton y una camiseta de San Bowie (referencia directa a otra obra de la colección), la pieza conecta lo divino con lo profano, la espiritualidad con el lujo y la cultura pop.
La obra mide 122 x 80 cm y está realizada sobre madera contrachapada, trabajada con cartelería reciclada, masillas, pintura acrílica y spray, logrando una superficie cargada de textura, volumen y capas urbanas. Cada detalle refuerza la fuerza callejera del paste up llevado al formato de galería.
Es provocadora, transgresora y única: un grito de irreverencia que convierte lo sagrado en fiesta, el dogma en sátira y lo solemne en puro arte urbano.
