La Virgen noes arte, es herejía pop con clase. Es una bofetada visual directa al alma tradicionalista. Audrey Hepburn se convierte en santa postmoderna: aureola dorada, mirada serena y ese chicle rosa que dinamita la solemnidad con elegancia rebelde. Sostiene en sus manos el Sagrado Corazón de diamante de Jesús y, como amuleto sagrado, un Satisfyer… porque hasta los milagros evolucionan.
Esta obra es un collage en técnica paste up sobre madera, con carteles rescatados de la calle y ensamblados con precisión emocional. Su medida de 120x80 cm impone presencia sin gritar. Ideal para interiores con carácter: lofts creativos, oficinas rebeldes o salones con hambre de conversación.
Ideal para quien busca más que decoración: provocación, estilo y una historia colgada en la pared.
“La Virgen” no se reza, se contempla. Es arte urbano con alma, crítica visual con elegancia punk, y una bofetada estética a lo convencional.
