¿Quién dijo que Marilyn solo era de Hollywood? Aquí la tienes: morra flamenca, vestida con volantes amarillos, flor en la oreja y más actitud que una gitana en plena feria. Esta pieza de arte urbano (122 x 80 cm) revienta esquemas con una mezcla brutal de cultura pop y esencia callejera española. No es un cuadro bonito… es un puñetazo visual con rímel y duende.
Hecha con cartelería reciclada en técnica paste up sobre madera contrachapada. Cero spray, cero filtros, todo real. El fondo es un festival de toreros, anuncios vintage y cultura popular arrancada de las paredes de la ciudad. Todo junto, como la vida misma: caótica, sexy y con olor vanguardista.
Marilyn está ahí, mirándote, diciendo: “Colócame en tu salón, en tu tienda, en tu galería… pero no me encierres. Yo brillo donde haya calle, vino, música o locura”.
